El presidente argentino, Javier Milei, despierta curiosidad y controversia por el número de sus amados mastines ingleses en la Quinta de Olivos, la residencia presidencial. ¿Cuántos tiene realmente? Las respuestas son difusas: mientras algunos aseguran que son cuatro, el presidente afirma que son cinco, incluso respaldado por el bastón de mando que recibió al asumir su cargo en diciembre. Esta incertidumbre alimenta especulaciones sobre su salud, exacerbadas por respuestas ambiguas de su portavoz, Manuel Adorni.
La polémica se intensifica cuando se sugiere que la cantidad de perros del presidente refleja su percepción de la realidad. Esta discusión, presente desde la campaña electoral, se acentuó tras la muerte de su primer perro, Conan, en 2017. Milei, según informes, buscó clonarlo y supuestamente mantiene una comunicación telepática con él. Esta peculiaridad ha sido objeto de burlas y críticas, incluso de opositores políticos que insinúan posibles trastornos psicológicos.
La devoción de Milei por sus mascotas se convierte así en un punto débil, aprovechado por sus rivales para cuestionar su capacidad y estabilidad emocional. Mientras tanto, el presidente no responde públicamente a estas provocaciones, dejando la incógnita sobre sus perros.
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